En los últimos meses hemos oído hablar bastante de la recesión, que viene a hacerle compañía a una inflación creciente en la gran mayoría de los países. En este pequeño artículo abordamos lo que podemos llamar claves a tener en cuenta para este, muy probable, escenario desafiante.
En ese sentido podemos decir que, la inflación y la recesión son dos fenómenos económicos que afectan negativamente a la capacidad adquisitiva y al crecimiento de las personas.
La inflación se produce cuando los precios de los bienes y servicios aumentan de forma generalizada y sostenida, mientras que la recesión se refiere a una caída de la actividad económica durante al menos dos trimestres consecutivos. Ambas situaciones pueden tener consecuencias graves para el empleo, el consumo, el ahorro y la inversión.
Ante este escenario, es importante tomar medidas para proteger nuestro patrimonio y evitar que se deteriore nuestro nivel de vida. A continuación, te presentamos cinco claves para hacer frente a la inflación y la recesión.
1. Revisa y analiza tus gastos y elimina los innecesarios: Una de las primeras medidas que deben emprenderse en el escenario antes descrito es tomar acción sobre nuestros hábitos de consumo, por eso es de vital importancia el análisis de tus hábitos de consumo y realizar un filtro de acuerdo a tus prioridades para eliminar, o por lo menos reducir al máximo, aquellos gastos que no son esenciales ni te aportan valor. Prioriza tus necesidades sobre tus deseos y busca formas de ahorrar dinero en tus compras cotidianas. Por ejemplo, puedes aprovechar las ofertas, los descuentos, los cupones o las compras al por mayor.
2. Ahorra e invierte con inteligencia: En un escenario inflacionario el dinero en efectivo va perdiendo valor a cada instante, por ello mantener en efectivo lo mínimo es una estrategia de gran valor en este contexto, por tanto, no guardes todo tu dinero en efectivo o en una cuenta bancaria que no te ofrece rentabilidad ni protección frente a la inflación. Busca opciones de inversión que se adapten a tu perfil de riesgo, a tu horizonte temporal y a tus objetivos financieros. Invierte en activos que tengan un potencial de crecimiento o que te generen ingresos periódicos, como acciones, bonos, fondos mutuos o bienes raíces; cada uno de estos tiene sus particularidades a la hora de tomar la decisión de poner tu dinero en ellos.
3. Aumenta tus habilidades y conocimientos: Cuando hay desequilibrios económicos y financieros todo va cambiando y se transforman las maneras de trabajar y obtener ingresos. La educación es una inversión que te permite mejorar tu empleabilidad, tu productividad y tu competitividad en el mercado laboral. Aprovecha las oportunidades de formación continua que existen tanto online como offline y adquiere nuevas competencias que te permitan adaptarte a los cambios económicos y tecnológicos.
4. Diversifica tus fuentes de ingresos: No dependas solo de tu salario o de un solo cliente. Busca otras formas de generar ingresos pasivos o activos que te permitan tener más estabilidad financiera y reducir el riesgo de quedarte sin ingresos en caso de una crisis.
5. Crea un fondo de emergencia: Es recomendable tener un colchón financiero que te permita cubrir tus gastos básicos durante al menos seis meses en caso de una situación imprevista como una enfermedad, un despido o una reparación urgente. Este fondo debe estar disponible en todo momento y ser fácilmente accesible sin penalizaciones ni comisiones.
Espero que este artículo te anime a prepararte ante un eventual ambiente de recesión con alta inflación.
Nos vemos en un próximo artículo.
Image by Denis Doukhan from Pixabay
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